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Te presento a la abeja cortadora de hojas

Foto del escritor: Aser AlbaAser Alba

Es posible que hayas sufrido alguna vez el efecto de este insecto en tus rosales. La abeja cortadora de hojas hace precisamente eso, recortar las hojas de los rosales con la intención de hacer su peculiar nido. Tras la trastada identificarás fácilmente a la culpable: siempre deja unos agujeros circulares o semicirculares impecables en el verde de la planta.

Así deja la abeja cortadora de hojas el rosal

¿Has encontrado de esta manera las hojas de tu rosal? Pues te presento a la responsable… una abeja de hábitos solitarios.


La Megachile centuncularis es conocida comúnmente como abeja cortadora de hojas, abeja aserradora de hojas o abeja del rosal. Porque, como se ve en la imagen, ejecuta unos cortes perfectos en las hojas, principalmente de rosales aunque también de otras plantas.


Es fácil identificar a la agresora: los tajos redondeados la delatan. Estos arrancan siempre desde el borde de las hojas y respetan curiosamente el nervio central. Podría quizás confundirse, por esto último, con el ataque de una plaga más temible: la falsa oruga del rosal. Pero en este enlace verás que los síntomas son muy diferentes.


Como abeja que es la Megachile centuncularis pertenece al orden de los himenópteros, al igual que las avispas y las hormigas. Se diferencia de la abeja doméstica (Apis mellifera) más por el comportamiento que por su aspecto: no vive en comunidad como sus parientes sino que es de costumbres menos gregarias.


La hembra esconderá su nido cerca del lugar del pillaje; en cualquier orificio del suelo, troncos, paredes o incluso en los tiestos de las plantas. Fabricará unos compartimentos cilíndricos donde alojará los huevos con las provisiones para las larvas, ¡aquí está el quid de la cuestión!

Abeja cortadora de hojas o “Megachile centuncularis”

La materia prima de esta gran trabajadora son los retales de hojas: porciones que secciona con sus mandíbulas en apenas unos segundos. Cercena su pedazo y se marcha con el botín entre sus patas. Continuará el trabajo lejos de cualquier mirada, después volverá a por más para acabar su creación.

 
 

A pesar de lo que pueda parecer, los daños para la planta no suelen ser importantes. Es más un deterioro estético que otra cosa. Hay incluso quien perdona la avería en sus rosales a cambio de la suerte de su contemplación. Algo a su favor es que son buenas polinizadoras al alimentarse de néctar. Como ves, el balance, depende de para quién, puede ser hasta positivo.


Si igualmente decides intervenir procura que la respuesta sea proporcionada. Piensa que los insecticidas que podrían ser eficaces son de amplio espectro, como la Cipermetrina. También dañarán a otros insectos beneficiosos, las abejas de la miel entre ellos… ¿vale la pena?


Para terminar, si quieres hacerte una idea general de las plagas y enfermedades que pueden sufrir tus plantas, te recomiendo que empieces por este artículo: Diagnóstico de tu planta enferma. Verás que hay cosas peores que esta abeja del rosal.


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